miércoles, 30 de diciembre de 2009

Siempre lo mismo, nunca el mismo.


Quedan dos días para despedir otro año. Y no sé que ha cambiado, o quizás si.
Sigo pensando eso que decía un gran pensador, “somos siempre lo mismo pero nunca el mismo”.
Otra vez volver a empezar desde cero, eso si, cada año más viejo.


No me creo eso de “año nuevo vida nueva”. Al fin y al cabo los dias se suceden de la misma manera, y los cambios vienen solos pocquito a poco, dependiendo de como se actúe en la improvisación cotidiana, de como sople el viento o de como despiertes cada mañana.

Echo la vista a tras y me encuentro claros y nubes en el camino, pero ante todo un cielo despejado, quiero ser optimista con el mañana. No puedo quejarme, me ha ido bien, y me voy acostumbrando. ¡Claro que podría irme mejor! A veces pienso que los humanos nunca estamos del todo satisfechos con lo que tenemos y eso nos conduce al deseo constante. Tarde o temprano siempre caemos en el, parece algo innato que se nos da con el uso de razón, y siempre nos va a perseguir.



Pasan los años y subes un escalón más, para ver desde más alto, para ascender en esta escalera que conduce hacia nadie sabe donde. Con la altura ganas en vista, pero también en vértigo. Asumes responsabilidades y experiencia. Cambias. Te sientes en otro peldaño y lo que queda atrás ya es pasado. Puede parecer triste, pero es la realidad. “Tiempo pasado fue mejor…” es resignarse al recuerdo, y a pesar de que el recuerdo es lo único que vamos guardando con sentido en esta vida, no podemos ceñirnos al él con ese dicho.


Nos merecemos algo más. Vuelvo a invocar sin querer al deseo. Y es curioso ese deseo que ahora me viene a la mente, y que quizás eche en falta, se trata más de un recuerdo, de algo que ya no está, que tuvo su momento y desapareció. Ahora sé que si estuviese no sería lo mismo. Pues al fin y al cabo, siempre cambiamos, nunca somos el mismo. Nada vuelve a ser como antes.


1 comentario:

Dudo dijo...

Al fin y al cabo vivimos de los caminos que conducen a los deseos. Si nos quedáramos sin pequeñas metas, solo veríamos aquella grande y negra que nos espera al final del camino. Y teniendo en cuenta que siempre queremos llegar lo antes posible...