domingo, 12 de abril de 2009

Un tal ...

Para que no supiesen quien era les negué mi nombre
Les privé de mi identidad. Para ser un cualquiera,
Para no tener rostro.


Pero un día llamó a mi puerta un tal “anónimo”

- No puedes seguir así. Todos te confunden conmigo!
- No entiendo lo que dices ¿quien eres tú?
- Soy Anónimo. Y estas metiéndome en problemas.
- ¿¿Qué!!? Sigo sin comprender nada, esto no tiene sentido.
- Desde hace tiempo he ganado fama por hechos ajenos a mi voluntad, y por fin te he encontrado! Por favor deja de molestarme, me estas haciendo la vida imposible. Yo no soy quien creen que soy. ¡Ya no soy un desconocido!



Incongruencias de la vida, comprendí el sentido de mis actos inexplicables,
Que al igual que las personas, buscan el pasar desapercibido y ser querido.
Fue entonces cuando decidí ser yo.




1 comentario:

Anónimo dijo...

a mí me gusta ser yo siempre con mis peores y mis mejores defectos.


Anónimo.


:P